La incursión de plataformas digitales es uno de los disparadores, a la par de la excesiva normativa laboral. La Cepal da algunas luces de cómo enfrentar el problema
QUITO – En el Ecuador, a pesar de que las condiciones macroeconómicas han mejorado (más ingresos petroleros y tributarios), aquello no se refleja enteramente en la generación de empleo de calidad, pues la informalidad sigue creciendo sin perspectiva de mejora. ¿Pero qué tan profunda es la informalidad en el país?
Los últimos datos del INEC mostraron que hasta agosto 52,2% de la población con empleo estaba en el sector informal, es decir, cinco de cada 10 empleados. Ellos trabajan en unidades productivas de menos de 100 trabajadores que no cuentan con Registro Único de Contribuyentes (RUC), lo que significa que eluden obligaciones tributarias y laborales.
Hace un año, la informalidad llegaba a 50,6%, lo que significa que en los últimos 12 meses creció 1,6 puntos porcentuales.
DEFINIENDO LO INFORMAL
La Organización Internacional del Trabajo define al sector informal como un conjunto de unidades que producen bienes o servicios principalmente con la finalidad de crear empleos e ingresos para las personas involucradas. Estas unidades, que tienen un bajo nivel de organización, operan a pequeña escala y de manera específica, con poca o ninguna división entre el trabajo y el capital como factores de producción.
Además, las relaciones de empleo – cuando existen – “se basan sobre todo en el empleo ocasional, los parentescos o las relaciones personales y sociales más que en acuerdos contractuales que implican garantías en buena y debida forma”. Se las define como empresas de hogares, es decir, “como empresas que pertenecen a los hogares y que no están constituidas en sociedad”.
Se considera que los asalariados tienen un empleo informal si su relación de trabajo no está sujeta a la legislación laboral nacional, el impuesto sobre la renta, la protección social o determinadas prestaciones relacionadas con el empleo.
Es decir, quienes trabajan en este régimen no cuentan, por ejemplo, con seguridad social ni ningún respaldo normativo que les asegure beneficios de ley.
Pero el empleo en el sector informal se puede entender desde dos visiones:
«La visión legal, que considera a la informalidad como una actividad marginal e ilegal.»
«La visión económica que reconoce que existe incapacidad de generar suficientes plazas formales de empleo.»
LA INFORMALIDAD MANDA EN EL CAMPO
Pero un dato importante es que la informalidad se concentra especialmente en el área rural. Los datos muestran que en el campo 76,1% del empleo es informal y apenas 19,2% está en la formalidad. En las ciudades, en cambio, ocurre lo contrario: 55,7% tiene un empleo formal y 39,7% uno informal.
Estas cifras muestran que el Ecuador está cada vez más lejos de retornar, al menos, a los niveles pre-pandemia, cuando la informalidad alcanzaba a 46,7% de los empleados, es decir 5,5 puntos porcentuales menos que lo registrado actualmente.
¿POR QUÉ ES PERJUDICIAL EL EMPLEO INFORMAL?
En su estudio Análisis del sector informal y discusiones sobre la regulación del trabajo en plataformas digitales en el Ecuador, la Cepal explica que a pesar de que la informalidad podría permitir la generación de ingresos en los trabajadores, también invisibiliza el reconocimiento de los derechos laborales.
Además que los trabajadores informales generalmente no cuentan con la protección social necesaria frente a los diversos riesgos como: accidentes laborales, seguro de desempleo, pobreza en la vejez, entre otros.
Asimismo, estos empleados pierden beneficios tales como licencias de maternidad y paternidad, vacaciones obligatorias y por enfermedad, etc. “La informalidad también representa un costo para el Estado, ya que deja de percibir ingresos tributarios (impuestos, contribución social, entre otros) que podrían utilizarse para mayor cobertura de la seguridad social, la productividad y el crecimiento en el país”.
DISPARADORES DE LA INFORMALIDAD
La propia Cepal detalla los que han sido los disparadores de la economía informal en el Ecuador. Entre los principales se encuentra el ajuste fiscal del Estado, que ha derivado en mayor austeridad interna y, por lo tanto, en desvinculaciones de funcionarios públicos.
Otra de las explicaciones es la migración, sobre todo la del campo a la ciudad, pero también la migración venezolana que “implica un impacto significativo para el mercado laboral en la región”. El mismo estudio menciona que entre los ciudadanos venezolanos que han ingresado al Ecuador existe un gran número de jóvenes con un alto nivel educativo que tienen dificultad para insertarse en el mercado laboral ecuatoriano debido a las altas tasas de desempleo, subempleo y posible explotación laboral.
El tercer disparador es la rigidez de la normativa. Entre 2008 y 2011 se incrementó la rigidez laboral en el Ecuador debido a las reformas al Código de Trabajo. En el 2008, la Asamblea Constituyente prohibió todo tipo de contratación laboral “precaria”, definiendo como tal a la tercerización, la intermediación y la contratación por horas.
Varios grupos empresariales han manifestado que la eliminación del trabajo de horas ha sido perjudicial para sus sectores y que las modalidades de contrato que existen actualmente no se ajustan a sus necesidades. Esto ha generado desincentivos para la contratación de trabajadores en el sector formal dado que resulta costoso para los empleadores.
Y aunque se han flexibilizado algunas normas, la mayoría siguen siendo rígidas.
Como cuarto detonante de la informalidad, la Cepal ubica a la creciente participación de las plataformas digitales como opción de empleo, pues a partir del 2017 varias plataformas digitales ingresaron a operar en el Ecuador, entre ellas Uber, Cabify, Rappi, entre otras.
Las plataformas digitales se encuentran enmarcadas dentro lo que se conoce como economía digital, una nueva tendencia de modelos de negocios que “genera varios desafíos en materia laboral debido a su heterogeneidad y a la falta de adaptación de la regulación laboral a estas nuevas modalidades de trabajo”.
Con respecto al empleo informal, las plataformas digitales han generado un incremento en el número de personas que trabajan en situación de informalidad. El estudio refiere que al momento el Ecuador no cuenta con estadísticas respecto a cuántas personas trabajan en este tipo de plataformas; sin embargo, los datos presentados por la Cepal respecto a ingresos generados es un indicador del crecimiento de este nuevo “sector”.
Para mejorar esta realidad, la Cepal considera que una alternativa sería simplificar los trámites para contratación y reducir los costos de desvinculación de trabajadores para fomentar la formalización en el estrato empresarial tradicional que es el que alberga a un porcentaje importante de trabajadores.
“Deberían existir políticas específicas que impliquen reducción de costos de contratación laboral para que las empresas medianas, micro y pequeñas puedan soportar dichos costos, desde varios sectores de la economía”, sentencia.