LONDRES, 28 sep (Reuters) -El Banco de Inglaterra trató de sofocar una tormenta en el mercado de bonos británico, con el anuncio el miércoles de que comprará toda la deuda pública que fuera necesaria para restaurar la estabilidad financiera tras el caos provocado por la política fiscal del nuevo Gobierno.
Tras no haber conseguido enfriar las ventas con intervenciones verbales en los dos días anteriores, el Banco de Inglaterra anunció una medida de emergencia que, dijo, evitaría que la agitación de los mercados se extienda por el país y golpee los flujos de crédito.
«Si la disfunción en este mercado continuara o empeorara, habría un riesgo importante para la estabilidad financiera del Reino Unido», dijo el Banco de Inglaterra. «Esto llevaría a un endurecimiento injustificado de las condiciones de financiación y a una reducción del flujo de crédito a la economía real».
La libra esterlina bajaba un 0,7% a 1,065 dólares, tras haber caído a un mínimo de sesión de 1,0618 dólares.
El Banco de Inglaterra dijo que mantiene su objetivo de reducir sus 838.000 millones de libras (892.000 millones de dólares) de tenencias de «gilts» (títulos de deuda pública británica) en 80.000 millones de libras durante el próximo año, pero que pospondrá el inicio de las ventas —que debían comenzar la próxima semana— debido a las condiciones del mercado.
Antes, el Fondo Monetario Internacional y la agencia de calificación Moody’s (NYSE:MCO) habían aumentado la presión sobre Gran Bretaña para que de marcha atrás en su nueva estrategia, expuesta por el nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, el viernes, en una medida que, según él, impulsaría el crecimiento económico.
La rara intervención sobre un país del G7 por parte del FMI, el prestamista mundial de última instancia, subrayó la gravedad de la situación a la que se enfrenta Gran Bretaña, con el valor de la libra y los bonos británicos desplomándose desde el viernes.
El Banco de Inglaterra había dicho el lunes que no dudaría en subir las tasas de interés y que estaba vigilando los mercados «muy de cerca». Su economista jefe, Huw Pill, dijo el martes que era probable que el banco central llevó a cabo una subida de tasas «significativa» en su próxima reunión de noviembre.
A pesar de estos comentarios, el mercado seguía en plena efervescencia.
La rentabilidad de la deuda pública británica a 30 años superó el miércoles el 5% por primera vez desde 2002, tras la declaración del BoE, los rendimientos a 30 años cayeron más de 50 puntos básicos en el día.
La última crisis que ha afectado al Estado británico se ha desencadenado por los planes de Kwarteng de aplicar profundos recortes fiscales y desregulación para sacar a la economía de un largo periodo de estancamiento, lo que se considera una vuelta a las doctrinas thatcherianas y reaganistas de la de década de 1980.
Con el costo de los préstamos británicos en alza, los prestamistas hipotecarios retiraron cientos de productos y, según información anecdótica, la gente trataba de completar o cambiar acuerdos hipotecarios.
Esto supondría una gran conmoción en un país en el que el aumento de los precios de la vivienda ha creado durante años una sensación de riqueza general, y en el que los compradores de viviendas se han acostumbrado a más de una década de tasas de interés mínimas.
El FMI dijo que las propuestas, que llevaron a la libra a un mínimo histórico de 1,0327 dólares el lunes, se sumarían a una crisis de credibilidad, después de que el Gobierno recortó los impuestos y aumentó el endeudamiento justo cuando el Banco de Inglaterra eleva las tasas de interés para hacer frente a la creciente inflación.
«Dadas las elevadas presiones inflacionistas en muchos países, incluido el Reino Unido, no recomendamos paquetes fiscales grandes y sin objetivos en esta coyuntura, ya que es importante que la política fiscal no funcione en contra de la política monetaria», dijo un portavoz del FMI.
Jim Reid, estratega de investigación del Deutsche Bank (ETR:DBKGn), describió la «reprimenda» como «bastante mordaz».
HUMILLACIÓN
El FMI tiene una importancia simbólica en la política británica: su rescate en 1976, tras una crisis de la balanza de pagos, obligó a realizar enormes recortes de gastos y ha sido considerado durante mucho tiempo como un humillante punto bajo en la historia económica moderna del país.
La crisis británica también está siendo observada en todo el mundo, y la ministra de Economía socialista española, Nadia Calviño, la ha usado para atacar a su oposición conservadora.
«Todos somos capaces de ver cómo está llevando al país no a la deriva, sino al desastre», dijo. «Una política fiscal irresponsable y destructiva que desmonta el Estado de bienestar».
En un comunicado contundente, Moody’s dijo que los grandes recortes fiscales sin financiación eran «negativos desde el punto de vista crediticio» para Gran Bretaña, con el riesgo de un aumento estructural de los costes de financiación que podría debilitar la economía.
Kwarteng, un historiador de la economía que fue ministro de Economía durante dos años, ha respondido a las críticas insistiendo en que los recortes de impuestos para los ricos, junto con el apoyo a los precios de la energía, son la única manera de reavivar el crecimiento económico.
El FMI dijo que su plan fiscal del 23 de noviembre proporcionaría una «pronta oportunidad para que el Gobierno del Reino Unido considere formas de proporcionar un apoyo más específico y reevaluar las medidas fiscales, especialmente las que benefician a las rentas altas».
El Departamento del Tesoro británico dijo que el anuncio de noviembre detallaría los planes del Gobierno para reducir la deuda a medio plazo.
«Estamos centrados en el crecimiento de la economía para elevar el nivel de vida de todos», dijo un portavoz.
Ante la creciente ansiedad en el sector financiero y entre los legisladores del gobernante Partido Conservador, Kwarteng ha hablado con los jefes de los sectores bancario, de seguros y financiero, y se reunirá con más jefes bancarios el miércoles.
En sus declaraciones del martes, el economista jefe del Banco de Inglaterra, Pill, dijo que la agitación del mercado financiero tendría un gran impacto en la economía y que se tendría en cuenta en las próximas previsiones del Banco.
«Es difícil no llegar a la conclusión de que esto requerirá una respuesta significativa de la política monetaria», dijo Pill en el Foro de Política Monetaria Barclays (LON:BARC) del CEPR.