¿Debería ser una materia obligatoria en las escuelas? Teniendo en cuenta que no es solo tener conocimientos financieros sino enseñarle a tomar mejores decisiones monetarias.
Para la OCDE la alfabetización financiera no es solo tener conocimientos financieros. Incluye también poseer las capacidades, aptitudes, habilidades, comportamientos y racionalidad que permitan tomar decisiones acertadas para el bienestar financiero individual. Varias encuestas de alfabetización financiera llevadas a cabo a nivel mundial (Klapper, 2012; Lusardi, 2015) ponen de relieve la necesidad de mejorar los niveles de educación en materia financiera, tanto en la población joven como en la adulta. La OCDE lleva años alertando de la falta de cultura financiera, principalmente en países como España, donde los estudios demuestran que el nivel de conocimiento financiero se encuentra por debajo la media.
Comida y dinero
Hay dos bienes con los que los humanos nos relacionamos cada día: la comida y el dinero. Nos educan y nos enseñan para saber cómo debe ser una dieta sana y equilibrada, pero parece ser que hay carencias en la educación en finanzas. Cada vez se ahorra menos y un elevado porcentaje de la población solo se preocupa por lo que debe pagar hoy, sin tener en cuenta una planificación financiera a medio y largo plazo. Generalmente, la manera de entender y de relacionarse con el dinero se aprende a lo largo de la vida fijándose en el ejemplo de figuras clave, que pueden ser padres, profesores u otras personas de referencia.
Por eso la educación financiera debe comenzar en la familia, continuar en la escuela e ir más allá, incluso en los estudios superiores, porque la relación con el dinero no acaba nunca. Así como se enseña a reciclar o a tener una buena alimentación, también se debería aprender a valorar el dinero, a cómo ahorrar y cómo invertir.